¿Hasta cuando?
Ya sabemos
lo que es nuestra vida con el alcohol. Nadie mejor que tú lo sabe. Tú decides
hasta donde puedes llegar o cuando parar, tú eres el protagonista de tu propia
vida, puede ser que nunca lo hayas pensado, que aún no te hayas dado cuenta,
pero eres el protagonista.
Nos pueden
ayudar y lo sabes. Simplemente siguiendo esos pasos que nos dicen y nos
repiten, esos simples pasos, pero tú tienes la llave, tú eres el director de tu
vida, tienes que hacerte cargo de ti mismo, tú eres el responsable.
Primero
tienes que decidir quién quieres ser, tú tienes que decidir tu camino, quien
quieres que te acompañe, ¿acaso el alcohol que lleva tu propia vida a su
destrucción o a la perdida de lo que más querías? Si querías, porque ahora los
has apartado de tu camino, te molestan te incordian te vigilan.
Tienes que
decidir hacia donde te diriges, si quieres la ayuda de otros para encontrar tu
camino, otros que son como tú y te entienden, son la muleta que se necesita
temporalmente, hasta poder andar al lado de ellos, con ellos, como tú eras
antes, ¿No te echas de menos? ¿Porque no te quieres como antes?
Debemos
volver a conquistar nuestra libertad, a ser nosotros los que decidimos, volver
a ser persona, a tener sentimientos, volver
a sentir a los demás, darnos cuenta que están ahí, que todavía
están esperanzados de que algún día volveremos del viaje que emprendimos hacia
nosotros mismos. Porque para nosotros somos el ombligo de nuestro mundo, no hay nada
más que nos interese, nada más allá de
nuestro amigo el alcohol.
Ya es hora de volver de coger esas
muletas que nos da la Fundación y recuperar nuestra vida.
Tú decides
que riesgos quieres correr, pero tú serás quien page el precio de esos riesgos
Siéntate, relájate
y piensa que era tú vida sin alcohol, tú
niñez, tú juventud, que quieres perder o que quieres ganar, si te quieres o no
te quieres, solo tú sabes el dolor y sufrimiento por el que pasas.
Si todavía
no has llegado a lo que has tenido la paciencia de leer, no te preocupes date
tiempo, llegara inexorablemente llegara nadie gana la batalla al alcohol si se
le desprecia como enemigo, siempre gana.
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